Nuestro estilo de pensamiento es un filtro con el que percibimos la realidad y las experiencias que vivimos. La cuestión es que a veces tenemos una tendencia de pensamiento que nos genera más preocupaciones de las estrictamente necesarias. En este post describiré un modo de pensamiento que muchas personas activan en ciertas situaciones y que lo único que hace es complicar más aún las situaciones y no permitirnos ver con claridad.
Una causa muy común generadora de ansiedad es el pensamiento catastrofista, ese tipo de pensamiento que tiende a hacer una valoración negativa y desproporcionada de los acontecimientos que suceden.
Muchas personas tienen tendencia a magnificar las situaciones que tienen que afrontar (por ejemplo la dificultad de un trabajo, de unos estudios) y a la vez suelen minimizar los propios recursos y capacidades. Este tipo de pensamiento puede provocar que la situación en cuestión se perciba como amenazadora y desbordante, muy difícil o imposible de superar y puede generar un bucle de malestar y preocupación que desencadene ansiedad.
Si en lugar de sobredimensionar la situación la relativizaran, y sobretodo tuvieran en cuenta su propia valía, su capacidad para afrontarla, sus experiencias pasadas de superación de otras dificultades (quizá incluso mayores) ese escenario en un principio desbordante y amenazador pasaría a ser una situación complicada que con esfuerzo y entereza se puede superar, un reto más.
Pensar de forma adaptativa nos libera de muchas cargas que incrementan el peso mental y nos permite afrontar las dificultades con más seguridad y firmeza.